La uva de Rioja ante el cambio climático: ¿qué variedades se adaptan mejor?

Dadas las tendencias de las temperaturas registradas durante las últimas décadas, existe una creciente preocupación sobre los efectos que un cambio del clima pueda tener en la producción y calidad de la uva

La uva de Rioja ante el cambio climático: ¿qué variedades se adaptan mejor?

Tiempo de lectura estimado: 10 minutos


María Concepción Ramos, Universitat de Lleida y Fernando Martínez de Toda Fernández, Universidad de La Rioja

El clima es uno de los factores que más influye en el crecimiento y desarrollo de la uva. Por eso, dadas las tendencias de las temperaturas registradas durante las últimas décadas, existe una creciente preocupación sobre los efectos que un cambio del clima pueda tener en la producción y calidad de la uva.

En estudios realizados en diferentes zonas vitícolas del mundo se ha visto una tendencia al adelanto de la fenología y de la vendimia. Sin embargo, el grado de cambio puede no ser el mismo en todas las zonas y para todas las variedades.

Variedades más cultivadas en La Rioja

En España, la viticultura es un motor económico importante y cada región tiene sus especificidades climáticas y sus variedades más o menos adaptadas.

Los proyectados escenarios de cambio climático implican cambios tanto en las temperaturas como en la precipitación. Dado que ambos parámetros tienen un papel relevante en el desarrollo de la viña, es necesario profundizar en el conocimiento de la respuesta de diferentes variedades e identificar aquellas que pueden ser más resilientes, además de adoptar otras medidas que pueden ayudar a mitigar los efectos del calentamiento.

La Rioja es una de las zonas vitícolas de mayor tradición en España. En ella se cultivan principalmente variedades tintas, bajo la Denominación de Origen Calificada Rioja. Entre las variedades tintas, tempranillo es la mayoritaria. Otras variedades como garnacha, mazuelo (cariñena) y graciano son aceptadas y cultivadas en mucha menor proporción.

Siendo todas ellas variedades cultivadas en las condiciones climáticas de La Rioja, ¿responden todas en la misma medida a los cambios de temperatura y a la disponibilidad de agua? ¿Hay variedades que pueden tener una mejor respuesta o resiliencia frente a los cambios de clima proyectados? Conocer la respuesta de cada variedad es fundamental para poder establecer estrategias de actuación frente al cambio climático.

Hojas y racimos de las variedades tempranillo, garnacha y mazuelo
Apariencia de las hojas y racimos de uvas de las variedades tempranillo, garnacha y mazuelo. María Concepción Ramos y Fernando Martínez de Toda, Author provided

Cambio en los ritmos estacionales

Nuestros análisis de la variabilidad de la fenología de la variedad tempranillo en diferentes zonas de La Rioja (Rioja Alta y Rioja Oriental) han evidenciado el adelanto fenológico tanto de la floración como del envero y de la vendimia en más de 10 días respecto de la media en los años en los que se han registrado mayores temperaturas y mayor estrés hídrico. Estas alteraciones dan una idea de los cambios esperables bajo escenarios más cálidos. Hay además diferencias entre las zonas situadas a diferentes alturas, entre las que ya existen en la actualidad diferencias significativas.

Las proyecciones realizadas bajo diferentes escenarios de calentamiento han permitido confirmar esta hipótesis, y estimar adelantos del envero para 2050 de entre 8 y 10 días bajo un escenario de emisiones controlado y de hasta 14-15 días para un escenario sin control de emisiones. La vendimia puede verse adelantada en similares proporciones.

En cuanto a otras variedades tintas cultivadas en las mismas zonas, se ha podido comprobar que mientras garnacha presenta un comportamiento similar, otras variedades más tardías como mazuelo pueden resultar afectadas en menor medida.

Consecuencias para las uvas

El adelanto en la fenología implica una maduración de la uva bajo condiciones de mayor temperatura, lo que puede afectar a determinadas características del fruto.

La acidez disminuye con el aumento de temperatura y para variedades como tempranillo, que ya es de baja acidez, puede suponer un efecto negativo. Dependiendo de la zona de La Rioja, y del escenario de emisiones, la acidez total en la variedad tempranillo podría disminuir entre 0,9 y 2,6 g/L y el ácido málico lo haría entre 0,6 y 3,3 g/L debido al incremento de las temperaturas. En otras variedades tintas como mazuelo (cariñena), al tener una maduración tardía y mayores niveles de acidez, el cambio sería menor.

La concentración de antocianos también podría verse afectada debido al aumento de la temperatura. En tempranillo podría llegar a producirse una disminución de hasta 158,0 mg/L debido al calentamiento. No obstante, el aumento del estrés hídrico podría compensar parcialmente dicha disminución (aumento de entre 38 y 117 mg/L debido al mayor estrés hídrico).

Estos cambios, sin embargo, pueden ser diferentes para otras variedades con menor contenido de antocianos que tempranillo, como mazuelo. En esta última, un aumento de temperatura puede tener un efecto positivo, como se ha observado en los años más cálidos registrados en las últimas décadas (años 2011, 2012, 2017). Esto es debido a que mazuelo no alcanza el máximo valor posible de antocianos en las condiciones actuales.

Asimismo, el calentamiento puede provocar un desacoplamiento entre la concentración de azúcares y de antocianos, lo que se ha detectado en tempranillo o garnacha. Sin embargo, los resultados obtenidos para mazuelo (cariñena) indican que el aumento de temperatura aún puede favorecer el aumento de azúcares y de antocianos.

Las investigaciones llevadas a cabo en la Denominación de Origen Calificada Rioja ponen de manifiesto la potencialidad de las zonas situadas a mayor altura para adaptarse mejor al calentamiento climático, así como la conveniencia de aumentar la superficie de determinadas variedades que, siendo ya cultivadas en la zona, presentan una mejor adaptación a dicho calentamiento.

Adicionalmente, y sobre viñedos ya establecidos, la aplicación de técnicas vitícolas de manejo de la vegetación, que provocan un retraso de la maduración de la uva, contribuirían a mitigar los efectos del cambio climático. Entre dichas técnicas se pueden citar la poda tardía, el recorte severo de los pámpanos, deshojados apicales y la brotación forzada de nuevas yemas, entre otras.The Conversation

María Concepción Ramos, Profesor del área de Edafología y Química Agrícola, Universitat de Lleida y Fernando Martínez de Toda Fernández, Catedrático de Viticultura, Universidad de La Rioja

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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