De qué depende que las campañas de prevención de salud funcionen (o no)
Supone un reto mejorar las prácticas en la prevención de enfermedades no transmisibles y reducir los factores de riesgo, especialmente del cáncer
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Lucía Sagarra Romero, Universidad San Jorge
“La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada”, decía el filósofo Arthur Schopenhauer. Ciertamente, la salud es un estado de equilibrio del organismo pleno y un bien preciado que debemos cuidar. Además de un derecho fundamental de los seres humanos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ampara a nivel global.
Para articular e implementar estas acciones resulta fundamental la salud pública, que garantiza el derecho a la salud y la mejora de la calidad de vida en todos los grupos poblacionales. Para cumplir sus objetivos recurre a estrategias basadas en la educación en salud, la promoción de estilos de vida saludables o la prevención y control de enfermedades, entre otras.
Si había alguna duda respecto a su importancia, la crisis sanitaria derivada de la pandemia del SARS-CoV-2 puso de relieve la importancia de contar con un sistema de salud pública sólido y eficaz que permita dar respuesta a necesidades presentes y futuras de la sociedad.
Poco éxito combatiendo la obesidad
En el marco español actual, se han establecido un total de diecisiete indicadores en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Concretamente, en el ámbito de la salud, se establece como objetivo garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades. Un objetivo que abarca muchos aspectos.
Para lograrlo se han puesto en marcha acciones sanitarias, sectoriales y transversales relacionadas con la promoción de un estilo de vida saludable o el control de enfermedades transmisibles y factores de riesgo. Entre ellas medidas de higiene personal y colectiva, otras dirigidas a mejorar la salud mental y otras orientadas a reducir el consumo de sustancias tóxicas y otras adicciones.
¿Qué hace que unas triunfen y otras fracasen? Un caso de estudio es el de la reducción de la obesidad y el sedentarismo tanto en la población adulta como en la población infantil. Ambas han sido objeto de muchas campañas de prevención y concienciación, como la Estrategia NAOS o la campaña Muévete por la Salud.
Sin embargo, el impacto en la sociedad ha sido contradictorio. Si bien es cierto que algunas de estas iniciativas han sido exitosas en cuanto a la promoción de hábitos saludables, otras no han logrado un cambio de conducta consolidado. Quizás el problema es que estas campañas a macroescala muchas veces no cuentan con el apoyo de todos los agentes implicados.
En el caso del consumo de sustancias como el tabaco o el alcohol, pese a las múltiples campañas puestas en marcha, se observa que la edad de inicio en el consumo se mantiene estable. El motivo puede estar relacionado con el conocido efecto boomerang, un fenómeno que genera la respuesta contraria a la deseada. Por ejemplo, en el caso de los jóvenes, puede existir un rechazo o desconfianza sobre la objetividad que algunas campañas de prevención transmiten.
Casos de éxito
Las campañas de vacunación y prevención de enfermedades en España están muy implantadas y cuentan con programas de vacunación sistemáticos y campañas específicas, sobre todo en la etapa infantil. En la actualidad, enfermedades como la poliomielitis, la difteria, el tétanos, el sarampión, la rubéola o la meningitis se han logrado reducir. Sin embargo, quedan algunos desafíos pendientes, como por ejemplo la mejora de los indicadores de vacunación en la adolescencia, en la edad adulta o en minorías culturales.
Desde 1985, la salud pública aborda igualmente la promoción y el cuidado de la salud mental de la población. Cabe destacar que, según datos recientes, el 6,7 % de la población adulta presenta algún síntoma de ansiedad y el 4,1 % padece síntomas depresivos.
Diversas estrategias implantadas han contribuido a mejorar la atención en salud mental en España, como la estrategia de prevención del suicidio, el programa de atención a la salud mental de personas con discapacidad o el programa de atención a la salud mental de personas mayores. En la actualidad, el plan de salud mental 2022-24 tiene como objeto la promoción, prevención, atención y recuperación de la salud mental de las personas.
Las acciones futuras recogidas por el sistema de salud público español se centran en aumentar campañas de vigilancia y detección temprana de las enfermedades transmisibles, además de realizar campañas masivas y a gran escala de vacunación contra el virus del papiloma humano.
Lucía Sagarra Romero, Profesora contratada doctora en el Área de Ciencias de la Salud, Universidad San Jorge
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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