Elaboran mapas que predicen el riesgo de contraer la fiebre del Nilo Occidental
Científicos de la Universidad de Málaga evidencian que los caballos son buenos indicadores para anticipar su aparición en humanos. Se trata de un patógeno emergente en España que se transmite de aves a personas a través de las picaduras de mosquitos
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El virus del Nilo Occidental es un patógeno emergente en España que se transmite de aves a humanos a través de las picaduras de mosquitos, lo que puede dar lugar a brotes en la población humana de fiebre del Nilo Occidental.
Asimismo, según señalan científicos del departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga (UMA), estos mosquitos también pueden picar a otros mamíferos, en su mayoría caballos, lo que provoca brotes de la enfermedad entre estos animales.
“En España se detectó el primer caso de esta enfermedad en 2004 y, desde entonces, los brotes se han ido sucediendo cada vez con más frecuencia, hasta que en el 2020 se produjo el mayor brote en nuestro país, afectando a 77 personas, ocho de las cuales fallecieron, y 141 focos en caballos”, afirma el catedrático de la UMA, Raimundo Real.
A partir de estos datos, un equipo científico formado por investigadores de las Universidades de Málaga y Córdoba, junto con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, ha elaborado mapas de riesgo para predecir la aparición de casos tanto en humanos como en caballos. Los resultados se han publicado en la revista Eurosurveillance.
Sistemas de alerta temprana
Así, los modelos desarrollados destacan como zonas de riesgo algunas de las principales cuencas fluviales de la Península Ibérica (Guadalquivir, Guadiana, Tajo y las zonas bajas del Ebro) y evidencian que los caballos son buenos indicadores del riesgo de contraer esta enfermedad entre los humanos.
“El mapa de riesgo elaborado a partir de los casos en caballos fue capaz de discriminar los episodios en humanos, incluso mejor que el mapa de riesgo elaborado a partir de los propios casos en personas. Por consiguiente, estos animales podrían ayudar a predecir donde este virus podría aparecer, lo que es de relevancia para crear sistemas de alerta temprana”, explica el profesor de la UMA.
Según los expertos, los caballos, dada sus condiciones de vida y su fisiología, están más expuestos a la picadura de mosquitos y, además, los síntomas de la enfermedad son más notorios en estos que en las personas, por lo que su vigilancia, al igual que en otros equinos, es clave para anticipar la incidencia de la enfermedad en humanos.
“Tanto es así que los casos que han ocurrido en Barcelona y Valencia en humanos este 2023, que son los primeros detectados en esas provincias en la historia, se han originado en zonas destacadas como de riesgo únicamente por nuestros modelos basados en caballos”, asegura Real.
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