¿Es saludable para los perros comer cereales?
Tiempo de lectura estimado: 11 minutos
Sara Hoummady, UniLaSalle y Guillemette Garry, UniLaSalle
Si hay un debate que se ha apoderado de las redes sociales, y de la comunidad de amantes de los perros desde hace algunos años, es el de los cereales en la alimentación canina. En particular, las presencia de los cereales en las croquetas para perros.
Las acusaciones son numerosas: se dice que su presencia provoca hinchazón, gases, diarrea, diabetes, obesidad e intolerancia al gluten y que contienen micotoxinas (toxinas producidas por hongos microscópicos). En pocos años, el mercado de los alimentos secos para perros se ha adaptado notablemente a este miedo a los cereales. Muchas marcas aseguran haberlos eliminado de sus fórmulas y lo pregonan en las redes sociales. Pero ¿son realmente malos los cereales para los perros?
Los presuntos culpables: ¡los cereales!
Detrás de la noción de cereal se esconden varios conceptos que a menudo confunden a los consumidores, como hidratos de carbono, gluten y micotoxinas.
Un cereal es una planta herbácea cultivada principalmente por el valor nutritivo de sus granos. Son casi exclusivamente plantas de la familia Poaceae, más comúnmente conocidas como gramíneas. Los más conocidos y cultivados en el mundo son el trigo, el maíz, el arroz y la cebada.
Por término medio, un grano de trigo contiene un 70 % de almidón (un hidrato de carbono complejo). El gluten es un conjunto de proteínas contenido en las semillas de los cereales del grupo Poaceae.
Acusación 1: no respetar la dieta “natural” del perro
La primera acusación contra los alimentos que contienen cereales es que no respetan la dieta natural del perro. Para entender con mayor precisión cuál es la dieta “natural” del perro, se pueden considerar dos enfoques: fijarse en los perros prehistóricos o en los perros asilvestrados (individuos de especies domesticadas con poca o ninguna dependencia del ser humano).
El análisis de restos caninos hallados en tumbas de varios yacimientos del noreste de la península ibérica datados en la Edad del Bronce Media temprana (finales del III al II milenio a. e. c.) ha revelado que la dieta de los perros era bastante similar a la de los humanos y contenía cereales en algunos casos.
La dieta de los perros asilvestrados también se basa principalmente en los desechos de las personas, siendo los cereales y las heces humanas sus principales ingredientes.
Por lo tanto, podemos concluir que la dieta de los perros desde la prehistoria ha consistido en restos de comida humana (incluidas las heces) que contienen, en algunos casos, cereales, lo que difiere bastante de la imagen que tenemos de la dieta “natural” del perro (a menudo representado como cazando, como un lobo en libertad).
Acusación 2: los perros no pueden digerir el almidón
Contrariamente a la creencia popular, los perros tienen una pequeña cantidad de alfa-amilasa salival (una enzima que inicia el proceso de descomposición del almidón) y capacidad de digerir del almidón.
Durante la domesticación, se seleccionaron ciertos genes que desempeñan un papel esencial en la digestión del almidón. Con el tiempo y mediante la selección asociada a la creación de razas, el número de copias del gen que codifica la producción de enzimas que digieren el almidón aumentó en función de los hábitos alimentarios de las razas. Por tanto, los perros son capaces de digerir el almidón, aunque no todas las razas son necesariamente iguales.
Aunque los perros pueden sobrevivir sin almidón, su presencia sigue siendo necesaria en determinadas condiciones fisiológicas como la gestación y la lactancia.
Acusación 3: el gluten enferma a los canes
El consumo de productos derivados del gluten puede provocar reacciones de las que pueden identificarse tres categorías: reacciones alérgicas, autoinmunes y de otro tipo.
En los perros, la relación entre el gluten y las enfermedades intestinales se ha estudiado en el Setter Irlandés durante unos 20 años, pero en la actualidad la relación entre el gluten y los problemas digestivos en esta raza no está claramente establecida.
En los Border Terrier, se ha observado una asociación entre el gluten y la discinesia paroxística (temblores involuntarios episódicos). Por el momento, estos son los dos únicos informes de patologías que podrían asociarse a la presencia de gluten.
En este contexto, podría considerarse una dieta de evitación para comprobar la sensibilidad del perro.
Acusación 4: las micotoxinas envenenan a los perros
Las micotoxinas son toxinas producidas por hongos microscópicos durante el crecimiento, almacenamiento, transporte o procesamiento de las plantas. Pueden estar presentes en diversos órganos vegetales, incluidos los cereales, las frutas y los tubérculos.
La más común en la alimentación animal es la alfatoxina B1, que se encuentra sobre todo en los granos de trigo. Tanto en humanos como en animales, las micotoxinas pueden causar diversos problemas de salud (toxicidad hepática, toxicidad renal, etc.). No obstante, se aplican métodos de control en la cosecha y la industria alimentaria también utiliza métodos de desintoxicación. En general, los mohos no crecen en los alimentos secados y conservados correctamente, por lo que un secado eficaz y un almacenamiento correcto son medidas eficaces contra los mohos y la producción de micotoxinas.
El contenido total de aflatoxinas suele ser mayor en los alimentos económicos para perros en comparación con los alimentos premium. Esta diferencia puede explicarse en parte por el uso de productos de menor coste con condiciones de almacenamiento menos controladas. La fuente de nutrientes de origen animal también es un factor a tener en cuenta.
¿Son más sanos los alimentos sin cereales?
Los alimentos sin cereales no siempre están exentos de almidón, pero las plantas ricas en proteínas como los guisantes, las habas y las lentejas tienen niveles de carbohidratos más bajos que los cereales. Por eso interesan a la industria de la alimentación animal. Por ejemplo, las semillas de guisante, contienen un 21 % de proteínas, pero también un 45 % de almidón.
En los alimentos para perros bajos en carbohidratos, el almidón suele sustituirse por grasa. Esto puede no ser adecuado para algunos canes, sobre todo si tienen sobrepeso o padecen insuficiencia renal. Además, un alimento sin cereales no es necesariamente menos rico en carbohidratos si se comparan las composiciones.
Por último, estudios recientes han informado de casos de cardiopatía (cardiomiopatía dilatada) en perros que consumen alimentos sin cereales ricos en leguminosas, sin que ello se relacione con razas con riesgo de padecer esta patología. Aunque la asociación entre los alimentos sin cereales y la cardiomiopatía dilatada aún no está clara, se impone la precaución, sobre todo en el caso de los alimentos a base de guisantes, como sugiere un estudio muy reciente.
Veredicto: los cereales son inocentes
Las acusaciones sobre los cereales no son tan evidentes como podría parecer: los perros comen cereales desde que fueron domesticados, han desarrollado las enzimas para digerir el almidón, el gluten solo es un problema para algunos individuos de razas poco comunes y las micotoxinas se encuentran en todos los alimentos, pero su cantidad está muy regulada.
Por lo tanto, en la actualidad no existe ninguna justificación científica para elegir un alimento sin cereales para perros sanos sin ninguna afección médica.
Sara Hoummady, DMV, PhD, Associate professor in ethology and animal nutrition, UniLaSalle y Guillemette Garry, Enseignante chercheur, Dr en biologie option phytopathologie, UniLaSalle
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
¿Cuál es tu reacción?