Nueve preguntas sobre la eólica marina en España

Durante los últimos años, la planificación de la energía eólica marina en España ha generado muchas dudas Este artículo trata de dar respuesta a algunas preguntas sobre los aspectos ambientales, sociales, legales y técnicos de su implantación

Nueve preguntas sobre la eólica marina en España
Foto de Nicholas Doherty en Unsplash

Tiempo de lectura estimado: 15 minutos


Josep Lloret, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Alberto Olivares, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja ; Ana Sabatés Freijo, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Antonio Turiel, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Elisa Berdalet Andrés, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Jordi Solé Ollé, Universitat de Barcelona; Josep-Maria Gili, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Josep Vila Subirós, Universitat de Girona y Rafael Sardá Borroy, Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC)

1. ¿Cómo afectan los parques eólicos marinos a la biodiversidad?

Depende de la tecnología utilizada (turbinas fijas o flotantes y sus componentes) y las características ambientales de cada lugar.

En condiciones particulares, como son los fondos de fango degradados y homogéneos, pueden comportar un incremento de la biodiversidad local. Estas estructuras actuarían como arrecife artificial al ser colonizadas por organismos oportunistas sésiles (algas, moluscos, poliquetos, etc.) que pueden atraer a peces y otros depredadores. Aun así, esta colonización no siempre resulta beneficiosa para el ecosistema ya que algunas de estas especies pueden ser invasoras.

En zonas marinas donde los fondos son variados (roca, arena, arrecifes, etc.) y con mayor diversidad de organismos, los estudios señalan que los parques eólicos se asocian a numerosos problemas ambientales: contaminación acústica, destrucción o modificación de los hábitats bentónicos y cambios en sus comunidades, efectos dañinos de los campos electromagnéticos de los cables sobre los peces y otros recursos pesqueros y riesgo de colisión de aves con las turbinas.

Además, en el caso de las turbinas de tipo flotante, los escasos estudios realizados hasta el momento sugieren que tanto el movimiento de las cadenas como la instalación de los anclajes pueden deteriorar el lecho marino y comportar un mayor riesgo de enredo de mamíferos marinos y otros animales con los cables.

2. ¿Los impactos ecológicos son sólo locales?

Los impactos pueden extenderse a la infraestructura asociada: subestaciones eléctricas, cables de exportación de la electricidad hacia tierra, expansión de puertos (para dar cabida a grandes buques para la construcción, mantenimiento y desmantelamiento de los parques eólicos) y plantas de hidrógeno.

Asimismo, estudios recientes en el mar del Norte han mostrado que el impacto acumulativo de los diferentes parques eólicos marinos puede alterar las corrientes marinas y atmosféricas regionales, afectando también la productividad del plancton en el mar.

Además, durante la construcción, el mantenimiento y el desmantelamiento de los parques eólicos se emite una gran cantidad de dióxido de carbono y se utilizan minerales raros y escasos en determinadas partes de las turbinas, extraídos a menudo en países del sur global mediante técnicas que no suelen respetar la naturaleza ni a los seres humanos.

3. ¿Se deben construir en los lugares de máximo aprovechamiento del viento?

Aunque eso sería lo ideal, son precisamente estas zonas las que pueden presentar una gran biodiversidad marina y elevado valor paisajístico, pesquero y turístico. Por ello, se requiere mucha cautela.

Un estudio reciente aconseja excluir los parques eólicos marinos (también las pruebas piloto) de las áreas marinas protegidas y sus alrededores. En zonas alejadas, las pruebas piloto pueden ser útiles para estudiar la viabilidad de los parques eólicos flotantes. Así se ha hecho, por ejemplo, en Escocia y Noruega.

En Cataluña se ha propuesto una prueba piloto que se ubicaría sobre un vedado de pesca, que además goza de un proyecto de restauración LIFE de la Unión Europea y que está rodeado de diferentes zonas Natura 2000. Incluso el Real Decreto 150/2023 establece allí una zona de alto potencial para la conservación de la biodiversidad. Por tanto, esta ubicación no parece la más adecuada.

4. ¿Es la única oportunidad que nos ofrece el mar para luchar contra el cambio climático?

No lo es. Además de las soluciones tecnológicas, existen las soluciones basadas en la naturaleza. Por ejemplo, las áreas marinas protegidas albergan hábitats que almacenan carbono (carbono azul), como las praderas de fanerógamas marinas, los fondos de maërl y los arrecifes naturales.

Además, las áreas marinas protegidas contribuyen a aumentar la resiliencia de los ecosistemas marinos ante el cambio climático. Los hábitats marinos profundos, que reciben menos impacto de las olas de calor que tanto afectan a la biodiversidad marina de las zonas someras y litorales, pueden servir de reservorio para la biodiversidad cuando las condiciones climáticas empeoren en un futuro próximo. Por ello, es necesario proteger estas zonas profundas de todos los impactos, incluyendo los derivados de la infraestructura eólica.

5. ¿Contribuye la eólica marina a la lucha contra el cambio climático de una manera sostenible, justa y equitativa?

La eólica marina bien planteada contribuye a la lucha contra el cambio climático de una manera respetuosa y equitativa. En cambio, la eólica marina mal planteada, esto es, cuando afecta significativamente la biodiversidad o no considera la sociedad local, puede agravar la crisis de biodiversidad que padecemos (tanto o más importante que la crisis climática) y evitar una transición energética justa y equitativa.

6. ¿Son beneficiosos o perjudiciales los parques eólicos marinos para las comunidades locales?

A pesar de que algunos parques eólicos marinos en el mar del Norte o Atlántico Norte parecen favorecer localmente determinados recursos pesqueros o sirven para atraer turistas, otros estudios muestran un impacto económico negativo.

La eólica marina es una actividad industrial que comporta una desnaturalización del paisaje marino y continental, lo cual puede conllevar una alteración muy relevante del atractivo de la zona. En cualquier caso, los beneficios para la comunidad local de la eólica suelen ser débiles y no significativos, según se detalla en un informe del Banco de España de 2023. Además, los parques eólicos, especialmente los de tipo flotante, excluyen normalmente la pesca.

7. ¿El conflicto social está siempre presente en su desarrollo?

La buena planificación y coordinación de los diferentes sectores implicados ha permitido hasta ahora evitar grandes conflictos en muchas zonas del norte de Europa. No obstante, la futura ampliación de las zonas ocupadas por los parques eólicos en el mar puede cambiar esta situación.

En la costa gallega y la catalana, sin embargo, el conflicto social apareció desde el primer momento en que se planearon megaproyectos sin contar con la participación y el consenso de las comunidades locales ni la búsqueda de alternativas. El rechazo de estas comunidades a la eólica marina se agrava por el temor a que la pesca y el turismo (fuente de empleo local) se vean afectados.

8. ¿Cómo es el proceso para la zonificación y la concesión de licencias?

Existe una normativa exhaustiva sobre la delimitación de las zonas donde se puede desarrollar la eólica marina (Real Decreto 150/2023). Es necesario demostrar que su desarrollo no afectará a especies y hábitats protegidos por ley.

En el caso de zonas y proyectos que puedan afectar a zonas Natura 2 000 hay que realizar, además de los estudios de impacto ambiental, una evaluación apropiada y un informe de compatibilidad con las estrategias marinas.

En conjunto, se debe cumplir con la Ley de Protección del Medio Marino, que obliga a los poderes públicos a actuar siguiendo un enfoque por ecosistema, básicamente olvidado en el caso de la planificación marítima en España, utilizando el mejor conocimiento científico posible y aplicando el principio de precaución para garantizar la consecución del buen estado ambiental.

9. ¿Qué escollos técnicos existen para que la eólica marina contribuya significativamente a la neutralidad climática en 2050?

Se suele aducir que la eólica marina supone un gran ahorro de emisiones de CO₂ si se compara con las centrales eléctricas de carbón o de gas de ciclo combinado. Sin embargo, es necesario matizar esta afirmación.

Por un lado, se está asumiendo que la electricidad es el tipo de energía final mejor adaptada y con mayor eficiencia a todos los usos. No obstante, esto no es necesariamente cierto, particularmente en la generación de calor industrial y otros usos no conectados a la red eléctrica.

Por otro, se asume que la nueva energía renovable va a ir sustituyendo a todos los demás usos de la energía y que lo hará con la máxima eficiencia. Sin embargo, no está garantizado que el despliegue masivo de instalaciones de energía renovable asegure la utilización de toda la energía generada: desde 2008, el consumo de energía eléctrica ha disminuido en España, la UE y toda la OCDE.

La energía eólica es sólo una de las herramientas para disminuir parcialmente el uso de combustibles fósiles. Debemos disminuir nuestro consumo en general y cambiar nuestro modelo de explotar los recursos de nuestro planeta.The Conversation

Josep Lloret, Investigador científico (senior researcher)., Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Alberto Olivares, Derecho Ambiental, Derecho de la Energía, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja ; Ana Sabatés Freijo, Investigadora científica en el Departamento de Recursos Marinos Renovables, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Antonio Turiel, Investigador científico, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Elisa Berdalet Andrés, Scientific Researcher, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Jordi Solé Ollé, Profesor Agregado. Especialidad: oceanografía, sistemas energéticos, sistemas complejos y clima, Universitat de Barcelona; Josep-Maria Gili, Profesor de Investigación, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC); Josep Vila Subirós, Profesor Titular Geografía Física, Universitat de Girona y Rafael Sardá Borroy, Investigador científico en la Unidad de Sistemas Socioecológicos Marinos y Costeros, Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC)

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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