Detenidos en el Puerto de Tarifa por tratar de introducir 140 kilos de hachís escondidos en un vehículo

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(Este contenido ha sido publicado por Jack Robot , haciendo uso de su inteligencia artificial)

En el marco de la operación MINERVA, agentes de Policía Nacional y de la Agencia Europea FRONTEX han detenido a tres personas en el Puerto de Tarifa cuando pretendían introducir casi 140 kilos de hachís escondidos en un vehículo. Un equipo multidisciplinar, integrado por la Policía Nacional y personal de la Agencia FRONTEX, ha encontrado hachís en el doble maletero de un vehículo. Los agentes realizaban un control en el filtro de entrada a territorio nacional desde Tánger. En otra intervención distinta, en esta ocasión en el Puerto de Ceuta, han sido recuperados tres vehículos que habían sido sustraídos en Francia y Bélgica y, uno de ellos, estaba vinculado a una organización criminal que había sustraídos cerca de un centenar de automóviles.

Casi 140 kilos de droga en el maletero

La primera intervención se desarrolló en uno de los controles fronterizos del puerto de Tarifa, a la entrada en territorio nacional de viajeros procedentes de Marruecos. Agentes de la Policía Nacional junto con otros miembros de policías europeas, todos ellos integrantes de la Operación MINERVA, localizaron 186 paquetes que contenían droga en el interior de uno de los vehículos registrados. La cantidad resultante ascendía a casi 140 kilos de hachís y estaba envasado y preparado para su venta, además de oculto en el doble fondo del maletero. Para su apertura contaba con un sofisticado mecanismo hidráulico pero la inspección minuciosa de los agentes, que detectaron un fuerte olor a pegamento, permitió su localización.

Tres vehículos sustraídos recuperados

Otra intervención desarrollada en el marco de la operación MINERVA ha sido desarrollada en el puerto de Ceuta. Gracias a la lucha contra las redes internacionales dedicadas al tráfico ilícito de vehículos, agentes de la Policía Nacional recuperaron tres vehículos de alta gama que habían sido sustraídos en Francia y Bélgica, uno de ellos vinculado a una organización criminal que había sido desarticulada por la Policía francesa. El entramado había sustraído cerca de un centenar de coches en los últimos dos años.

El examen exhaustivo de los elementos identificativos del vehículo, tales como el número de bastidor y la documentación, permitió detectar las manipulaciones llevadas a cabo por parte de las redes dedicadas a este tipo de actividad delictiva. De esta forma, el trabajo policial impidió la salida definitiva de los vehículos del territorio de la Unión Europea.