Hallan una proteína que protege contra la enfermedad cardiovascular

Un equipo internacional de científicos con participación española ha demostrado que la proteína codificada por el gen p53, conocida como el ‘guardián del genoma’, ayuda a mantener la integridad del material hereditario de las células, lo que protege contra las cardiopatías

Hallan una proteína que protege contra la enfermedad cardiovascular
Los investigadores del estudio, de izquierda a derecha: José Javier Fuster, Marta Amorós Pérez, Nuria Matesanz, María Ángeles Zuriaga, Alejandra Aroca Crevillén. / CNIC

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Fuente: CNIC
Derechos: Creative Commons.

Las mutaciones en las células del gen p53 son un factor de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Así lo demuestra un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con instituciones estadounidenses y publicado en la revista Nature Cardiovascular Research.

Este gen codifica la proteína conocida como el ‘guardián del genoma‘, que contribuye a mantener la integridad del material hereditario de las células, regulando múltiples funciones celulares en respuesta a diferentes formas de estrés.

Una persona adulta genera cada día cientos de miles de millones de células sanguíneas. Este proceso, aunque necesario, facilita la aparición de mutaciones. En concreto, las modificaciones adquiridas en el gen p53 de estas células aumenta el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer, incluyendo cánceres sanguíneos.

El grupo de científicos que dirige José Javier Fuster, investigador del CNIC, demuestra que dichas mutaciones aceleran también el desarrollo de la aterosclerosis, la causa subyacente a la mayor parte de las enfermedades cardiovasculares, la primera causa de mortalidad en el mundo y una de las mayores cargas económicas para los sistemas sanitarios.

“Observamos que los portadores de mutaciones adquiridas en p53 presentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y enfermedad arterial periférica, de forma completamente independiente de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como la hipertensión o los niveles elevados de colesterol en sangre”, explica Fuster.

Los mecanismos por los que las mutaciones en diferentes genes contribuyen a la enfermedad cardiovascular son diferentes, “lo que puede en el futuro abrir la puerta a estrategias personalizadas de prevención de la enfermedad cardiovascular dirigidas a los efectos específicos de las distintas mutaciones”, indica Nuria Matesanz, investigadora del CNIC y coprimera autora del artículo.

En colaboración con los grupos de Derek Klarin, de la Universidad de Stanford; Pradeep Natarajan, del Hospital General de Massachusetts, y Alexander Bick, de la Unversidad de Vanderbilt, los investigadores analizaron datos de secuenciación de células sanguíneas en más de 50.000 personas.

Basándonos en estos resultados, los investigadores realizaron estudios funcionales en modelos animales de aterosclerosis en los que se introdujeron células mutantes en p53. Los ratones portadores de dichas mutaciones desarrollaron aterosclerosis de forma acelerada, debido principalmente a una proliferación anormalmente elevada de células inmunes en la pared de las arterias.

“Esta combinación de observaciones en humanos y estudios experimentales en animales proporciona evidencias sólidas de que estas mutaciones aumentan el riesgo de desarollar enfermedad cardiovascular”, asegura Fuster.

Un hallazgo novedoso

El director general del CNIC y uno de los autores de la investigación, Valentín Fuster, cree que este trabajo “amplía el conocimiento del papel de las mutaciones adquiridas en células sanguíneas, un fenómeno llamado hematopoyesis clonal, como un nuevo factor de riesgo cardiovascular”.

Estudios anteriores de este mismo grupo ya habían demostrado en un artículo publicado en 2021 en The Journal of the American College of Cardiology (JACC) que varias de estas mutaciones, como las que afectan al gen TET2, contribuyen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, entre otras, la aterosclerosis o la insuficiencia cardiaca.

Ahora, además de validar estos hallazgos anteriores, los extendemos a las mutaciones en el gen p53 y al desarrollo de enfermedad arterial periférica, una enfermedad especialmente frecuente en la población de edad avanzada”, subraya José Javier Fuster.

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