La Casa-Museo de Miguel de Unamuno recibe su Medalla de Hijo Adoptivo
La isla de Puerto Rosario ha estado inmersa durante todo el año en una intensa actividad cultural para homenajear al escritor, quien hace cien años fue desterrado a la entonces denominada Puerto Cabras.
Tiempo de lectura estimado: 4 minutos
La familia de Miguel de Unamuno ha depositado en la Casa-Museo la medalla de hijo adoptivo concedida a título póstumo al rector perpetuo de la Universidad de Salamanca por el Ayuntamiento de Puerto del Rosario de Fuerteventura en un acto solemne celebrado el pasado mes de octubre, que congregó a todos los representantes institucionales y ciudadanos majoreros.
La condecoración fue recogida por un descendiente del escritor, Luis Miguel Santos de Unamuno, en nombre de toda la familia y ha quedado custodiada en la Casa-Museo Unamuno, donde se podrá contemplar por sus visitantes en fechas recientes.
La isla ha estado inmersa durante todo el año en una intensa actividad cultural para homenajear al escritor, quien hace cien años fue desterrado a la entonces denominada Puerto Cabras.
Destierro en Fuerteventura
A través de un decreto del Directorio militar, con fecha del 20 de febrero de 1924, Miguel de Unamuno fue desterrado a la isla de Fuerteventura. Sus constantes y feroces críticas al rey Alfonso XIII y a la dictadura de Primo de Rivera fueron la causa. Se le cesa en todos sus cargos y se le suspende de empleo y sueldo, dejando a la familia en una situación muy precaria.
Unamuno embarca en Cádiz con destino a Canarias junto al político republicano Rodrigo Soriano, desterrado como él. Será el 10 de marzo cuando ambos lleguen a Fuerteventura, una dura isla convertida en centro de reclusión para presos políticos.
Se aloja en el Hotel Fuerteventura de la capital, llamada entonces Puerto Cabras, en una pensión que hoy es Casa-Museo Miguel de Unamuno, según explica su directora, Ana Chaguaceda.
En contra de lo previsto, los meses de destierro no serán tan malos, como se puede percibir en sus cartas, fotografías y manuscritos.” Echa de menos a su mujer y a sus hijos, le preocupa su situación económica, pero, a la vez, se siente bien en un entorno amigable, con un buen clima, con tranquilidad para empezar a escribir “De Fuerteventura a París”, jugar al ajedrez y hacer buenos amigos, como son Ramón Castañeyra, el dueño de la pensión o el sacerdote Víctor San Martín”, subraya Chaguaceda.
Lucha contra el Directorio
Los apoyos que recibe desde Europa y América son constantes, se queja de que apenas tiene tiempo de contestar a las cartas que recibe, mientras reanuda su lucha contra el Directorio y el general Martínez Anido.
El director de “Le Quotidien”, Henry Dumay le visita, le ofrece huir a París y colaborar en su periódico, combatiendo al Directorio desde Francia. Miguel de Unamuno acepta y se embarca hacia Francia el 9 de julio. Desde hace unos días sabe que las presiones han provocado que el Gobierno decida su amnistía pero él no lo acepta y se despide de España con una de sus frases más conocidas “Volveré, pero no con mi libertad, que de nada vale, sino con la vuestra”
Así fue. En 1930, tras caer Primo de Rivera, volverá a España, a Salamanca, donde permanecerá hasta su fallecimiento en 1936.
¿Cuál es tu reacción?