La Universidad de Salamanca propone un recorrido por la historia del libro de la Edad Media
La exposición “A imagen y semejanza” reúne 25 manuscritos e incunables de la Biblioteca General Histórica y podrá visitarse hasta el 20 de octubre en la Sala de la Columna de las Escuelas Mayores
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La Biblioteca General Histórica, en colaboración con la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad de Salamanca, han presentado la exposición “A imagen y semejanza. La Historia del libro a través de ediciones facsimilares. De los códices a los incunables”, que ofrece un recorrido por la historia del libro, en esta ocasión, por la Edad Media, desde los códices medievales hasta llegar al final del siglo XV, cuando la imprenta con tipos móviles había recorrido ya sus primeras décadas y se expandía rápidamente por Europa.
Esta muestra ha sido posible gracias a la amplia colección de ediciones facsimilares, tanto de manuscritos como de impresos, conservados en la Biblioteca Histórica, que han sido realizados, bien a partir de ejemplares originales conservados en ella, bien de originales pertenecientes a otras instituciones. Un total de 25 manuscritos e incunables integran esta original colección que podrá visitarse hasta el próximo 20 de octubre en la Sala de la Columna de las Escuelas Mayores.
La colección de facsímiles en la Biblioteca Histórica
Manuscritos. Superada la larga época del rollo en papiro o en pergamino, los libros medievales europeos presentan formato de códex o códice, es decir, la forma de nuestros libros actuales, en pergamino o en papel. En esta exposición se podrán ver códices medievales confeccionados entre los siglos X y XV, copiados, bien en ámbitos monásticos para temas religiosos, bien en escritorios regios y cortesanos por exigencias normativas o por deseos de conocimiento e incluso de creación literaria, bien en escenarios urbanos ya consolidados, con sus conventos, catedrales y universidades.
Los primeros códices estaban escritos en latín, pero a medida que las lenguas autóctonas fueron adquiriendo el estatus de vehículo cultural hasta llegar a la explosión humanista, los manuscritos van abandonando el tema monográfico religioso, para adentrarse en todas las disciplinas, desde la recuperación y estudio de textos clásicos y científicos, incluso traducidos, hasta la creación literaria en lenguas vernáculas.
Incunables. La invención de la imprenta de tipos móviles en Maguncia (Mainz, Alemania), a cargo de Johann Gutenberg hacia la mitad del siglo XV, supondrá la posibilidad de contar con numerosos ejemplares de cada libro, confeccionados, además, con mucha mayor rapidez que los manuscritos.
El nuevo invento tendría una aceptación inmediata y pronto se extendería por el resto de Alemania, y desde allí a Italia, Francia, Países Bajos, España, Inglaterra y Portugal. A España la imprenta llegó en 1472, instalándose el primer impresor en Segovia, y al final de la centuria existían ya 26 ciudades con talleres de imprenta.
Aunque los incunables –es decir, aquellos impresos realizados en el propio siglo XV– nacen formalmente a la sombra de los manuscritos –único modelo de libro que se conocía–, en la exposición se puede admirar la rápida autonomía que pronto adquirieron los libros de molde.
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