El turismo resiste la inflación gracias a los viajeros con gran poder adquisitivo

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La industria turística califica este verano como el pico del turismo vacacional tras dos años de restricciones de movilidad. “Viviremos un verano como los anteriores”, ha subrayado el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, al presentar las previsiones de demanda para los tres meses de verano, en los que los turistas extranjeros siguen estando ligeramente por debajo de los años pre-COVID, mientras que los nacionales Los viajes ya son superiores y hay destinos como Baleares o Canarias donde las reservas se han disparado. “La culpa no es del turismo, sino de la crisis energética, que está provocando subidas de precios en toda la cadena de valor y en todos los sectores. El turismo es solo uno de ellos”, explica Valdés sobre la evolución de los precios.

El segmento de turistas extranjeros que más crece son los de alto poder adquisitivo, que se ven menos afectados por las presiones inflacionarias. Según este análisis, las llegadas confirmadas a España en verano de 2022 desde otros países europeos han aumentado un 25% respecto a 2019, entre los que vuelan en “Premium”, los tradicionales viajeros de negocios. La agencia estadounidense Bloomberg ha analizado la evolución de los precios hoteleros en varios destinos del segmento de lujo, algunos de los cuales superan los 1.000 o 5.000 dólares por noche y habitación. Durante el fin de semana del Memorial Day -que conmemora a los soldados estadounidenses caídos en combate y se celebra el último lunes de mayo- los ingresos por habitación de esta compañía subieron un 25%, aunque en el segmento de lujo, donde cuenta con marcas como el Ritz Carlton. “Creemos que esto dará un sólido impulso al crecimiento de las economías orientadas al turismo en 2022”, concluye, destacando tanto a España como a Portugal. “Hay otra cara de esta recuperación del turismo.» Presiones sobre los costes de los servicios que pueden presionar la inflación subyacente, la de los productos básicos, tanto este año como el próximo, y que será mayor si los precios hoteleros y turísticos superan los niveles de 2019.

Actualmente, el turismo parece inmune a la inflación y la demanda es inelástica respecto al precio, aunque los análisis anteriores no desglosan cómo se está comportando en función de los ingresos de los ciudadanos. "Sin embargo, el vínculo entre los ingresos reales y el gasto turístico sigue siendo sólido, y es probable que la presión sobre la demanda turística disminuya después de un año de caída del poder adquisitivo", concluye el informe de Oxford Economics.