¿Hacia dónde va el urbanismo verde?
Estos son algunos de los temas tratados y las tendencias en el área de las infraestructuras verdes que quedaron patentes en el congreso de Berlín
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Julián Briz Escribano, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Isabel de Felipe Boente, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Recientemente, se ha celebrado en Berlín el Congreso Internacional de Infraestructuras Verdes, organizado por la World Green Infrastructure Network, una red mundial de colaboración que promueve la integración de las infraestructuras verdes en la planificación urbana. Allí nos reunimos académicos, científicos, empresarios, funcionarios y público en general para expresar ideas y propuestas en un crisol que ha recogido 1 200 participantes, 100 ponentes de 40 países y 60 expositores empresariales.
La actualidad y variedad temática ha incluido el cambio climático, la calidad medioambiental, las huellas energéticas y de carbono y tecnología que constituyen la punta de iceberg de los problemas que nos azotan hoy día.
Además, la pandemia de covid-19, la guerra de Ucrania, las catástrofes naturales, los movimientos de inmigrantes y refugiados constituyen el caldo de cultivo para diferentes corrientes científicas, ecologistas y políticas que plantean distintas soluciones a estos problemas.
Agroecología y biodiversidad
Constituyeron los ejes clásicos de análisis, detectándose una llamada de atención para incentivar la agricultura ecológica ya reivindicada en otros foros. En barrios de algunas ciudades visitadas tras el congreso (Berlín, Malmoe y Copenhague), las zonas ajardinadas clásicas se están reconvirtiendo con plantas autóctonas con bajo mantenimiento.
Innovaciones tecnológicas y agrobotánicas
Han sido las áreas con la actividad más intensa, participando empresarios y colectivos vanguardistas en temas de ahorro energético, cultivos, sustratos, sistemas de riego y combinación de placas solares con cubiertas verdes. Sin embargo, la asignatura pendiente sigue siendo identificar algún modelo de gestión y de toma de decisiones, dada la pluralidad urbana.
A título de ejemplo, Singapur, considerado el prototipo de transformación verde exitosa al cambiar el modelo de “un jardín en la ciudad” a “una ciudad en un jardín”, manifestó que la clave del éxito ha sido la información y formación ciudadana, utilizando innovaciones tecnológicas.
Expansión de la sostenibilidad y la naturación
El fervor de lo verde está impregnado a nuestra sociedad en todos los niveles. Además de las infraestructuras urbanas, se ha trasladado al sector energético (¡incluso la energía nuclear!), actividades (agrofitness) y alimentación ecológica.
Copenhague, una ciudad sostenible, se reivindica como la primera urbe ecológica del mundo, con más de 60 000 huertos urbanos, edificios con paredes y cubiertas verdes, transporte ciclista urbano y diseño de muebles e interiores.
Política urbanística
Está estrechamente relacionada con la toma de decisiones, también en la planificación urbana.
En el modelo democrático prima el protagonismo del individuo, con sus ventajas e inconvenientes. Como apuntaba Voltaire, “la democracia es el arte mediante el cual un grupo sin principios gobierna a un pueblo sin memoria”. Son muchas las promesas incumplidas y la programación cortoplacista ajustada al periodo de estancia en el Gobierno. Sin embargo, responde directamente a los intereses que han manifestado los ciudadanos.
El modelo autocrático, dictatorial, toma decisiones respondiendo a criterios particulares y puede ser más ejecutivo en la programación de proyectos, con un menor control y mayor riesgo de corrupción. La meritocracia margina el sufragio libre universal y prima la posición del grupo sobre el individuo, lo que puede llevar a situación de dominio por núcleos líderes.
Infraestructura verde en España
En el evento se acordó celebrar el próximo congreso internacional 2024 en Nueva Zelanda, así como potencialmente el 2025 en Dubái. Además, cada país hizo una exposición de las actividades recientes en infraestructuras verdes.
En el caso español, después de un periodo tradicional de orientación ornamental y alimentaria, las últimas décadas muestran una actividad creciente involucrando el sector público y privado en el enverdecimiento urbano.
Tenemos, entre otros, el caso de Vitoria, nombrada “ciudad verde europea” en 2012; Madrid, con soluciones “verde-azules” (Madrid Río) y recubrimiento de la Estación de Chamartín (Madrid Nuevo Norte) y Barcelona, con el planteamiento de “las supermanzanas”, afectando también al tráfico local.
Políticas para luchar contra el cambio climático
Finalmente, aunque no por ello menos importante, se discutió la influencia de la política en la implantación de la naturaleza en el mundo urbano, con especial atención al cambio climático.
La Comisión de la UE propuso el pasado 20 de junio una ley sobre restauración de la naturaleza con objetivos de espacios verdes para 2040 y 2050. Sin embargo, el Consejo ha modificado la postura de forma cuantitativa a cualitativa, recomendando “niveles satisfactorios de enverdecimiento”.
Existen grandes diferencias entre países, equipos y formas de gobierno. En el caso de EE. UU. sobre el cambio climático, las posturas de Trump y Biden son contrapuestas. En Europa, los países nórdicos tienen un mayor compromiso en lograr la neutralidad de las huellas de carbono.
En el fondo, la apuesta por la naturaleza exige priorizar los objetivos sociopolíticos y medioambientales en función de las oportunidades y recursos disponibles en cada país.
Julián Briz Escribano, Catedrático emérito, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Isabel de Felipe Boente, Profesora jubilada de Economía y Desarrollo, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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