Pese a la pandemia, la población española volvió a respirar aire insalubre en 2021

Según el informe de Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en España, la reducción de la movilidad por la crisis de la covid-19 ha provocado una mejora general sin precedentes de la calidad del aire. No obstante, durante el año pasado la totalidad de la población española ha seguido respirando aire contaminado

Pese a la pandemia, la población española volvió a respirar aire insalubre en 2021

Tiempo de lectura estimado: 8 minutos


Fuente: Ecologistas en Acción
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En los últimos años, la práctica totalidad de la población española y europea viene respirando aire contaminado, que incumple los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizados en 2021.

La organización conservacionista Ecologistas en Acción advierte que las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la OMS sobre la repercusión sanitaria de la contaminación atmosférica son muy preocupantes. Elevan en el año 2019 hasta en torno a 400.000 las muertes prematuras por mala calidad del aire en los países europeos.

En España, las víctimas de la contaminación fueron ese año hasta 30.000, lo que supone duplicar los fallecimientos prematuros anuales que se estimaban hace apenas dos décadas. A la luz de estos datos, la contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, señalan los ecologistas.

La calidad del aire en 2021

El último informe publicado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos durante el año 2021 en alrededor de 800 estaciones oficiales de medición de la calidad del aire instaladas en todo el Estado español.

Los ecologistas observan que durante 2021 la calidad del aire en España ha mantenido la mejora sustancial ya observada durante 2020, con una reducción notable de los niveles de dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y ozono troposférico, y una disminución más matizada de los de partículas en suspensión.

Sin embargo, describen que los factores esenciales que explican esta mejoría de la calidad del aire durante 2021 son la restricción de la movilidad y la contracción económica derivadas de las medidas adoptadas para combatir la crisis de la COVID-19 que irrumpió en marzo de 2020.

El aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población española

El trabajo toma como referencia los nuevos valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea. De acuerdo con esos niveles, el aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población española y al 80 % del territorio.

Entre los resultados destaca que la principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado.

En el entorno de las grandes centrales termoeléctricas son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. Por otro lado, el transporte aéreo y marítimo tiene gran repercusión en la calidad del aire de las zonas de aeropuertos y puertos.

Los ecologistas indican que los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español, según el Banco Mundial; eso, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

La paradoja de los Planes de Mejora de la Calidad del Aire

Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente. Sin embargo, en muchos casos no existen, y en otros son inefectivos por falta de voluntad política, advierte Ecologistas en Acción.

Una decena de Comunidades Autónomas siguen incumpliendo su obligación de elaborar planes de lucha contra el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales. Los escasos planes elaborados carecen del detalle y el presupuesto precisos para ser eficaces.

El informe concluye que la única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, designar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas.

La Ley de Cambio Climático obliga a que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes cuenten con zonas de bajas emisiones antes de 2023. Pero la mayoría de las ciudades no están declarando estas zonas, pese a los abundantes fondos públicos que están recibiendo para su implantación, detalla el informe. Las declaradas en Madrid y Barcelona, han sido anuladas por resoluciones judiciales que en la práctica hacen prevalecer el derecho a desplazarse por la ciudad en coche sobre la salud pública y el medio ambiente.

La crisis sanitaria de la COVID–19 ha demostrado que la reducción del tráfico tiene claros efectos en la mejora de la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales. No obstante, el repunte en los últimos meses de la contaminación del aire en las grandes ciudades es un indicio preocupante de que no hemos aprendido lo suficiente, concluyen los ecologistas.

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