Seis recomendaciones para combatir el calor y ahorrar en la factura eléctrica
Con el objetivo de ajustar el consumo, y reducir la factura de la luz, este artículo recoge seis nuevas claves que puedan ayudarle a ahorrar sin tener que sucumbir al calor
Tiempo de lectura estimado: 10 minutos
Javier Martínez Moronta, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
¿Cómo puede hacer tanto calor? Esta pregunta, recurrente desde hace semanas en casi todas las casas de España, pero también de otros países, es especialmente preocupante cuando vinculamos el confort térmico a la factura de la luz.
Desde luego el verano siempre viene acompañado de altas temperaturas, pero especialmente este año la preocupación está clara: ¿cómo mantener la casa fresca sin pagar demasiado?
Con el objetivo de ajustar el consumo, y reducir la factura de la luz, este artículo recoge seis nuevas claves que puedan ayudarle a ahorrar sin tener que sucumbir al calor.
1. Combine la ventilación y la climatización
Un ventilador puede gastar hasta 20 veces menos que una máquina de aire acondicionado. Por ello, puede complementar el uso del aire acondicionado con ventiladores; tanto de techo, como de pie.
Aproveche las primeras horas de la mañana para aportar aire más fresco a su hogar, por medio de ventiladores cerca de las ventanas. De esta forma, no solo ventila, sino que reduce de manera muy barata la temperatura interior.
Puede también proteger las ventanas con mosquiteras o cortinas para permitir la entrada de aire y garantizar la ausencia de insectos (siempre será una solución más económica que malgastar energía).
En las horas centrales del día, temporice el uso de aire acondicionado, y favorezca el reparto del aire frío desde las estancias en las que están las unidades interiores de aire, por medio de ventiladores, para que se distribuya el frío por las partes de la vivienda que vayamos a ocupar.
2. El aire acondicionado, en óptimas condiciones
En los equipos de aire acondicionado de pared, su ubicación viene determinada por la distancia a la máquina exterior. La recomendación es no instalarlos justo junto a las ventanas, ya que recibirían calor del vidrio. Un punto centrado, o sobre las puertas de las estancias, que favorezca el reparto de aire, siempre es la mejor opción.
Estos equipos deben ser inspeccionados al menos una vez al año para mantener los motores y filtros en buen estado de limpieza y funcionamiento. Este mantenimiento preventivo alargará la vida útil de los equipos y favorecerá su funcionamiento eficiente.
Para habitaciones pequeñas, puede hacer uso también de pequeños equipos portátiles, que consumen un poco menos que los equipos de pared y que funcionan de manera muy efectiva en poco tiempo.
Si opta por estos equipos portátiles (ventiladores con hielo/agua, pingüinos, etc.) trate de buscar la mejor ubicación, siempre recordando que estos equipos pueden precisar de un conducto para sacar el aire caliente que producen, o un pequeño desagüe.
3. Use toldos, persianas y cortinas
Ya nos hemos acostumbrado a la tarificación de la luz, e incluso algunos de nuestros patrones diarios han cambiado. ¿Qué hacemos para poder ahorrar un poquito más?
A las soluciones tecnológicas se le añaden otras igualmente efectivas y accesibles para todos los hogares. El uso de persianas y de protecciones solares como toldos, estores y cortinas sigue siendo tan efectivo como de costumbre.
Estos elementos reducen la entrada de calor desde el exterior y evitan la pérdida del ambiente fresco que tanto nos cuesta conseguir en el interior.
Junto con estas soluciones, la implementación de enchufes temporizados, termostatos inteligentes y sistemas de programación y apagado automático pueden ayudarnos a que el consumo de nuestros equipos de aire no se descontrole.
4. Mantenga una temperara moderada
Llevamos ya varias semanas conviviendo con temperaturas superiores a los 30 ℃. La sensación de agobio y calor puede hacer que reduzcamos demasiado los grados de nuestro aire acondicionado, pero es mejor evitar llegar a los 21 ℃ o 22 ℃.
Las recientes recomendaciones del Gobierno de España sitúan la temperatura de confort en edificios públicos en 27 ℃, aunque a nivel doméstico, una buena temperatura está entre los 24 ℃ y los 26 ℃.
A nivel sanitario, la diferencia máxima recomendada entre el exterior y el interior no debe superar los 10-12 ℃. Esto supone que, en los peores días del verano (34-38 ℃), mantener esa horquilla de 24 a 26 ℃ nos permite evitar cambios bruscos de temperaturas que pueden ser perjudiciales.
5. Refrigere solo los espacios necesarios
No es necesario que toda nuestra casa esté fría 24 horas al día. Especialmente en verano, pasamos la mayor parte del tiempo en las mismas habitaciones y por eso debemos intentar no gastar energía enfriando más espacio del necesario.
Trate de cerrar las puertas, cortinas o separadores entre habitaciones, para que el volumen de aire a enfriar no sea tan grande. Con ello conseguirá reducir el tiempo de funcionamiento de su equipo de aire acondicionado y favorecer la eficiencia.
En caso de que tenga un único punto de frío, trate de abrir y cerrar las puertas para configurar el flujo de aire hacia las zonas que le interesen en cada momento. Priorice los espacios vivideros, ya que cocinas o baños no requieren climatización, dado su uso.
El aire frío puede afectar a nuestra salud. Por ello, recuerde contar siempre con algún tipo de calzado, aunque sean unas chanclas, y una vestimenta adecuada a la temperatura de nuestra casa. De este modo también podemos ajustar mejor la temperatura del hogar a nuestra sensación térmica.
6. Use el frío latente para reducir el consumo
La última recomendación es la de optimizar el tiempo de funcionamiento de nuestros equipos. Además de programarlos o usar un temporizador, puede tratar de apagar los equipos entre 25 y 30 minutos antes de abandonar la estancia en la que se encuentra. De este modo aprovechamos el frío latente, y ajustamos un poco la temperatura de nuestra casa con respecto al exterior al que nos dirigimos.
Esta recomendación es igualmente válida para cuando vamos a dormir. Es recomendable, si tenemos aire en nuestro dormitorio, encenderlo entre 15 y 20 minutos antes de irnos a descansar y que quede apagado antes de acostarse.
La sensación de confort térmico es completamente subjetiva, por ello debe tratar de optimizar las condiciones de su hogar a sus propias necesidades.
En conclusión, no hay una única solución para pagar menos en la factura cuando usamos aire acondicionado, pero sí podemos conseguir mucho ahorro evitando el despilfarro. Un gesto como dejar encendido el aire acondicionado de noche puede suponer un sobrecoste de entre 2 y 3 euros por día.
Implementando estas medidas, conseguirá reducir el consumo en su factura y tener una sensación más agradable en su hogar durante las semanas de verano que quedan todavía.
Javier Martínez Moronta, Profesor Universitario en UNIR. Arquitecto BIM. Especialización en Eficiencia Energética., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
¿Cuál es tu reacción?