Tecnologías disruptivas: la perspectiva transhumanista

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Filosofía de la tecnología

Se trata de un tema olvidado en la tradición filosófica, aunque hay algunos precedentes en el siglo XX como F.Dessauer, O. Spengler y L. Mumford, entre otros. El primer libro que hace una reflexión explícita sobre los problemas filosóficos ligados a la tecnología es "La meditación de la técnica" (1939), de José Ortega y Gasset.

En el contexto de la filosofía de la tecnología se plantean tres tipos de problemas:

• Ontológicos. Diferencia entre lo artificial y lo natural, entre organismos y máquinas...
• Metodológicos y epistemológicos. Relación entre ciencia y tecnología, cómo progresa la tecnología...
• Éticos, políticos, sociales y antropológicos. Impacto del desarrollo tecnológico en la libertad y en la igualdad, pérdida de la privacidad, relación del ser humano con la naturaleza...

Tecnologías disruptivas

Se trata de un término del que se habla mucho en la actualidad, aunque no hay una definición precisa de disrupción tecnológica. Se puede considerar que una tecnología es disruptiva si se basa en la innovación constante, evoluciona rápidamente de forma exponencial y crea nuevos mercados. El concepto "innovación disruptiva" lo introdujo en 1995 Clayton Christensen, que puso el énfasis en su papel en el mercado.

Actualmente, algunas de estas tecnologías son, entre otras, el internet de las cosas, el blockchain, la inteligencia artificial, la robótica, la realidad virtual y aumentada, la nanotecnología... Entre ellos, en la ponencia se destacan la medicina antienvejecimiento, la edición genética, la IA y las interfaces cerebro/máquina, ya que son la base del transhumanismo.

¿Qué es el transhumanismo?

Es la búsqueda de una transformación de la especie humana para poder generar en el futuro una especie distinta y mejorada, una posthumana, ya sea mediante la integración con las máquinas o la modificación genética. En los últimos años, ha ido incrementando su activismo y presencia en internet. Entre sus figuras más activas están los filósofos británicos Max More y David Pearce, el sociólogo canadiense James Hughes y la diseñadora Natasha Vita-More. 

¿Podrá frenarse el envejecimiento?

Hay diversos estudios en torno a esta materia, entre ellos varios españoles. En concreto, el gerontólogo Aubrey de Grey promete a los jóvenes una existencia de duración indefinida, y afirma que, para cuando cumplan 80 años, la medicina habrá avanzando tanto que podrán vivir muchos años adicionales. No hay base científica para afirmar que se pueda vivir de forma indefinida, pero sí para afirmar que se puede extender la longevidad del ser humano durante décadas.

En diciembre de 2016, se publicaba en la revista Cell un trabajo pionero y prometedor llevado a cabo por un equipo de científicos dirigido por el farmacéutico Juan Carlos Izpisúa. En el artículo se explicaba el procedimiento que habían desarrollado para rejuvenecer las células de unos ratones, alargando un 30% la vida de ratones que padecían envejecimiento prematuro, y todo mediante modificaciones epigenéticas que alteraron la expresión de cuatro genes. En los años posteriores, se han realizado ensayos clínicos con humanos, que han arrojado resultados prometedores para poder dar lugar al comienzo real del biomejoramiento humano.

Interfaces y prótesis médicas

Existe un ensayo publicado en 2021 con un paciente mudo debido a una parálisis severa al que se le implantaron electrodos en el cerebro. Logró, como consecuencia, trasladar al ordenador algunas frases a un ritmo de 15 palabras por minutos, solo con su pensamiento y dentro de un vocabulario seleccionado de 50 palabras.

Algunos avances como los implantes y las prótesis presentan en ocasiones algunos problemas que hay que ir resolviendo, como por ejemplo su peso y limitaciones de movimiento, infecciones, la posibilidad de hackeo o el robo de datos cerebrales, así como cambios en la personalidad debido a la estimulación por neuroimplantes.

Cuestiones sobre la superinteligencia artificial

¿Podrá ser controlada una super-IA para que no dañe intencionalmente al ser humano? ¿Podrá incorporar nuestros valores con una inteligencia similar a la del ser humano? En un artículo, el filósofo David Chalmers señala cuatro posibilidades en el contexto de esta superinteligencia: extinción, aislamiento, inferioridad e integración. Según su opinión, la última opción es la mejor y más viable: una descarga gradual de nuestra mente en una máquina (sustitución gradual de nuestras neuronas). 

Esta idea ha recibido opiniones contrarias y objeciones, como por ejemplo que es dudoso que tengamos alguna vez la tecnología adecuada para escanear el cerebro en todos sus detalles y traducirlos después al lenguaje digital. 

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Ponente: Antonio Diéguez

Antonio es catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga. Además, es miembro de número de la Academia Malagueña de Ciencias. Contacto: dieguez@uma.es