España coordina un proyecto de la OMS para mejorar la lucha contra hongos patógenos
La Organización Mundial de la Salud ha presentado en Ginebra un informe sobre patógenos fúngicos, que incluye un listado priorizado de hongos para fomentar y dirigir los esfuerzos en investigación y las mejoras de salud pública contra las infecciones causadas por estos microorganismos. El grupo de expertos de este estudio ha sido coordinado por una investigadora del Instituto de Salud Carlos III
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Este martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado en Ginebra (Suiza) un informe sobre patógenos fúngicos. En él se incluye un listado priorizado de hongos para fomentar y dirigir los esfuerzos en investigación y las mejoras de salud pública contra las infecciones causadas por estos microorganismos.
Los hongos que amenazan la salud se están extendiendo debido al cambio climático, mientras que algunas enfermedades fúngicas se dispararon durante la pandemia de Covid-19, según los autores del trabajo.
El grupo de expertos técnicos que ha apoyado a la OMS para la realización del informe está coordinado por Ana Alastruey, investigadora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Alastruey, científica titular del Laboratorio de Micología en el Centro Nacional de Microbiología del ISCIII, explica que el informe diferencia los patógenos fúngicos según niveles de prioridad para investigación y salud pública. Como patógenos críticos aparecen los hongos Candida auris, Cryptococus neoformans, Candida albicans y Aspergillus fumigatus, causantes de enfermedades como meningitis, neumonías o infecciones sanguineas. Otros dos grupos reúnen a hongos patógenos de alta y media prioridad, para un total de 19 hongos analizados en el informe, que la OMS ha presentado este martes en Ginebra.
La investigadora comenta a SINC que la decisión de llevar a cabo este estudio ahora se debe a que "la resistencia a antifúngicos está aumentando en todo el mundo con el incremento de infecciones producidas por especies multirresistentes, como Candida auris, y el desarrollo de resistencias en patógenos normalmente sensibles, por ejemplo, A. fumigatus".
Las enfermedades causadas por hongos patógenos, y en concreto la enfermedad fúngica invasiva, están creciendo entre colectivos en especial riesgo, como personas inmunodeprimidas, trasplantados, en tratamientos oncológicos, con enfermedades crónicas o ingresadas en unidades de cuidados intensivos.
Escasez de medicamentos antifúngicos
Además, el aumento de las resistencias a medicamentos que combaten las infecciones causadas por hongos están complicando el tratamiento de las enfermedades, agravadas en muchos lugares, por problemas de acceso a diagnósticos y terapias. Esto es especialmente preocupante debido a la limitada lista de medicamentos antifúngicos disponibles para el tratamiento de infecciones humanas (solo cuatro familias: azoles, equinocandinas, piramidinas y polienos) y con pocos nuevos compuestos en investigación y desarrollo.
Según dice Alastruey a SINC, los objetivos del trabajo son:
- Dirigir e impulsar los esfuerzos de investigación y desarrollo hacia los patógenos que representan la mayor amenaza para la salud pública y/o tienen las mayores lagunas en el conocimiento.
- Definir las prioridades de I+D para alinear las inversiones y la financiación de la investigación a nivel de país con las necesidades de salud pública no satisfechas identificadas.
- Facilitar la coordinación internacional para descubrir nuevas terapias y diagnósticos (y optimizar la implementación de los existentes) para mejorar el pronóstico de los pacientes.
- Permitir la revisión regular los antifúngicos en desarrollo para rastrear tendencias e identificar brechas.
- Promover la generación de conocimiento para mejorar la comprensión global y la respuesta a las infecciones fúngicas y resistencia antifúngica.
- Permitir que los políticos diseñen e implementen intervenciones de prevención y control de infecciones y administración a nivel nacional.
El informe establece parámetros y prioridades para mejorar el manejo de los hongos patógenos, señalando niveles de urgencia y gravedad en torno a la enfermedad grave, las estancias hospitalarias, la vigilancia epidemiológica, los niveles de resistencias antimicrobianas, las herramientas diagnósticas y los tratamientos disponibles, entre otras cuestiones.
El listado de patógenos fúngicos, que marca las prioridades en investigación biomédica y atención sanitaria, sigue la senda de la iniciativa que lanzó la OMS en 2017 con un listado similar de patógenos bacterianos, en el marco de la lucha contra las resistencias antibióticas. Las conclusiones generales de este proyecto en torno a los hongos señalan la necesidad de implementar programas de vigilancia de resistencia, desarrollar nuevos compuestos antifúngicos y métodos de diagnóstico que estén accesibles en países de renta media y baja y mejorar la educación en infección fúngica.
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