Identificadas cuatro formas de evolución del dolor de migraña para mejorar su tratamiento

Esta dolencia es una de las enfermedades neurológicas más discapacitantes y afecta a más del 12 % de la población mundial. Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y el Hospital Universitario de la Princesa de Madrid proponen una metodología para su clasificación según el tipo de crisis

Identificadas cuatro formas de evolución del dolor de migraña para mejorar su tratamiento

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Fuente: UPM
Derechos: Creative Commons.

Entre el 70 % y el 80 % de todos los costes sanitarios en la Unión Europea y los EE UU se destinan actualmente al manejo de enfermedades crónicas, lo que supone unos costes estimados de 700 y 3.800 millones de euros en Europa y EEUU respectivamente.

La migraña es una de ellas y además de los altos costes económicos para los sistemas de salud públicos y privados, esta enfermedad crónica neurológica puede dar lugar a episodios de un intenso dolor de cabeza de hasta 14 días al mes, en pacientes con una dolencia episódica, y más de 15 días a aquellos que la tienen cronificada.

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Universidad Complutense de Madrid y el Servicio de Neurología del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid ha conseguido clasificar en cuatro tipos la morfología de los dolores de cabeza en migraña con datos de evolución de dolor. Los han recogido con una aplicación móvil y de aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial.

La importancia de sus resultados radica en que conocer en detalle las características del dolor, lo que ayudará a los profesionales sanitarios a prescribir objetivamente tratamientos personalizados para cada paciente y crisis.

“Esta metodología, no solo permitirá a los profesionales sanitarios realizar un mejor manejo del paciente con migraña y mejorar su calidad de vida, sino que también podría ser aplicada a otras enfermedades con crisis sintomáticas como el dolor oncológico”, indica Josué Pagán, investigador de la UPM que ha formado parte del equipo de trabajo.

Afinar más la medicación y el tratamiento

Muchas enfermedades crónicas (como el dolor oncológico, cefaleas en racimo o crisis de migraña) cursan con crisis de dolor sintomático. Cada una de estas crisis puede ocurrir varias veces al mes y tener particularidades −como su intensidad o duración− que no son consideradas en las guías clínicas.

Existen medicamentos para reducir el número de crisis mensuales, y también los que se toman cuando el paciente siente el dolor. No obstante, no todas las crisis son iguales, ni en cuanto a su intensidad, duración, o sintomatología.

Este estudio ha conseguido clasificar los tipos de migraña según cómo evoluciona su dolor: migrañas de alta intensidad, de inicio abrupto e intenso, de larga duración e intensas, y de baja intensidad. Esta clasificación solo necesita cuatro datos morfológicos de la crisis, como su duración, o el nivel máximo de intensidad durante la crisis.

Aprendizaje automático en tiempo real

Para conseguir esta categorización, los autores han utilizado técnicas de aprendizaje automático sobre datos de 344 crisis de 51 pacientes. Estas personas indicaron la evolución del dolor en tiempo real en una aplicación móvil desarrollada por el equipo investigador. Además, anotaron síntomas que aparecieron antes, durante, o al final de la crisis de dolor.

Los autores demostraron que existen diferencias significativas con respecto a la clasificación del dolor y los síntomas según el tipo de crisis. Así pues, con respecto a los síntomas durante el dolor, se destacan las diferencias en la presencia de náuseas, sonofobia (sensibilidad al ruido), y osmofobia (sensibilidad a los olores).

También se encontraron diferencias significativas en los síntomas subjetivos previos al dolor, como la dificultad para emitir lenguaje y la sensación de mareo. Los tipos de dolor clasificados también permiten distinguir cómo serán algunos síntomas que aparecen después del dolor, como el aumento de apetito, o la somnolencia.

Al no tenerse en cuenta el dolor de una crisis concreta, puede suceder que la medicación sea ineficaz y llevar al paciente a una sobremedicación. Estos efectos indeseados podrían evitarse conociendo en detalle las características específicas del dolor, para tratamientos personalizados.

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