Incubadoras empresariales para promover el emprendimiento

El emprendimiento está de moda en España, y no es para menos: la actividad que desarrollan los emprendedores, las empresas emergentes (startups) y las incubadoras de empresas, organizaciones que promueven y aceleran el desarrollo de las empresas emergentes, promueve el crecimiento económico y sirve para modernizar, especialmente, las zonas rurales

Incubadoras empresariales para promover el emprendimiento
Foto de Marvin Meyer en Unsplash

Tiempo de lectura estimado: 10 minutos


Ana Isabel Rosado Cubero, Universidad Complutense de Madrid; Adolfo Hernández, Universidad Complutense de Madrid y Francisco Jose Blanco Jimenez, Universidad Rey Juan Carlos

Hábitat de emprendedores

Un ecosistema de emprendimiento está conformado por el conjunto de actores empresariales (tanto potenciales como existentes) interconectados: organizaciones empresariales (por ejemplo, empresas, capital riesgo, inversores, bancos) e instituciones (como universidades, agencias del sector público, organismos financieros).

Estos actores interactúan en procesos empresariales medibles: tasa de nacimiento de empresas, número de empresas de alto crecimiento, niveles de emprendimiento de éxito, número de emprendedores, grado de mentalidad de venta dentro de la empresa (los accionistas e inversores entre ellos) y niveles de ambición empresarial.

Además, formalmente o con una unión informal, se conectan, median y gobiernan los resultados en un entorno empresarial local.

Al calor del nido

Dentro de una incubadora de empresas, el emprendedor recibe los siguientes servicios:

  1. Asistencia. Esto incluye servicios incluidos en tarifa, mobiliario, instalaciones, aire acondicionado y calefacción, sala de conferencias, estacionamiento, internet, servicio de consultoría, seguimiento de proyectos y seminarios y talleres.

  2. Consejo. Entendido como el apoyo proporcionado por las incubadoras de empresas, ya sea directamente o a través de entidades colaboradoras en: internacionalización, financiación, asesoramiento jurídico, búsqueda de talento y relación con los medios de comunicación.

  3. Conexiones. Con los agentes interesados en los negocios incubados. Por ejemplo, universidades, industria tecnológica, inversores potenciales –tanto públicos como privados–, business angels, capital riesgo, agencias de prensa, consultoría. En conjunto, con los denominados grupos de interés.

  4. Apoyo a los objetivos estratégicos. Definidos estos como la creación de empleo y el desarrollo regional, la transferencia de tecnología, el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), la obtención de beneficios, la responsabilidad social corporativa y la innovación.

La interacción entre estas variables crea un ecosistema empresarial que, a su vez, transforma a las empresas en graduadas. Así, este enfoque empresarial genera intenciones empresariales que benefician a la región en la que se encuentra la incubadora, y a la propia incubadora, ya que habrá nuevas empresas interesadas en ser incubadas.

Taxonomía del emprendimiento

Hemos desarrollado una taxonomía para las incubadoras empresariales:

Taxonomía del emprendimiento. Emprendimiento productivo. Ecosistema empresarial. Actores: asistencia, consejo, grupos de interés, objetivo. Financiación: fondos públicos, financiación privada. Contactos: localización.
Taxonomía del emprendimiento. Author provided

Paso 1. Es el momento en el que las empresas incubadas –los emprendedores– se ponen en contacto e interactúan con los actores empresariales, incluyendo los grupos de interés y los grupos objetivo. En esta fase, a la vez que reciben asistencia y consejo y alimentan la red de contactos que les ofrece la incubadora, buscan financiación pública y privada. Es decir, este es el momento del proceso en el que los gerentes de la incubadora desarrollan la confianza entre las empresas incubadas y, una vez conseguida, los proyectos de dichas empresas buscan formas de financiación. Alternativamente, si la ubicación geográfica de las incubadoras apoya la creación de una red de negocios entre las empresas de alrededor, podemos concluir que tenemos un ecosistema empresarial.

Paso 2. Se produce la graduación de las empresas, es decir, su lanzamiento a la economía real, favoreciendo, además, el desarrollo regional en el área donde se encuentra la incubadora.

Paso 3. En este último paso se pone de manifiesto la confianza en la incubadora; es decir, si una región es muy activa en los negocios, aparecerán nuevas empresas que requieran los servicios de la incubadora para su puesta en marcha. Por tanto, la retroalimenta y provoca la aparición de nuevos emprendedores.

Análisis por regiones españolas

En España existen incubadoras empresariales en todas las comunidades autónomas. Hemos comparado los beneficios que reciben los emprendedores en las incubadoras de seis regiones españolas (Madrid, Cataluña, Castilla y León, Aragón, País Vasco y Galicia):

  • En Madrid, País Vasco y Aragón, las incubadoras se centraron en la asistencia y consejo a los emprendedores.

  • Las incubadoras de País Vasco, Aragón y Galicia se centraron en la búsqueda de financiación.

  • Las incubadoras de Aragón recibieron más financiación pública que las de otras comunidades.

  • Galicia financia sus empresas emergentes, principalmente, a través de las universidades.

Las claves del éxito

El paso final de nuestro estudio fue desarrollar un modelo de supervivencia para las incubadoras con el objetivo de establecer las características clave que conducen a su éxito.

Así, determinamos que la probabilidad de éxito para las empresas graduadas se multiplica por tres cuando se hace hincapié en la financiación pública y en la innovación como objetivo estratégico.

Por tanto, la aplicación de políticas centradas en el apoyo a la financiación pública para el desarrollo de empresas innovadoras garantiza la supervivencia de las empresas después de graduarse en una incubadora de empresas.The Conversation

Ana Isabel Rosado Cubero, Profesora de Economía , Universidad Complutense de Madrid; Adolfo Hernández, Director del Departamento de Economía Financiera y Actuarial y Estadística, Universidad Complutense de Madrid y Francisco Jose Blanco Jimenez, titular de Economia Aplicada. Emprendimiento, Universidad Rey Juan Carlos

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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