Smart Contracts: casos reales de uso
Tiempo de lectura estimado: 7 minutos
Esta ponencia pertenece a la sección 1 "Blockchain y su imparable avance" de C1b3rWall Academy 2021 y versa sobre contratos inteligentes, sus aplicaciones en el futuro y los desafíos a los que se enfrentan.
¿Qué es un contrato inteligente?
Hay que empezar por definir qué es un contrato. Se trata de un acuerdo entre dos o más partes donde se define lo que se puede hacer, cómo se puede hacer y qué ocurre si algo no se hace. Están sujetos a leyes y jurisdicciones territoriales y en ocasiones requieren de terceras partes que den fe, lo que aumenta los costes y el tiempo.
Un contrato inteligente o smart contract consiste en un script o código informático escrito con lenguajes de programación. Tienen la ventaja de que pueden ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismos, sin necesidad de intermediarios ni mediadores. Podríamos decir que, en el caso de estos contratos, el código es la ley y no está abierto a interpretaciones subjetivas. Además, pueden ser creados y llamados por personas físicas y/o jurídicas, pero también por otras máquinas o programas que funcionen de manera autónoma. También tienen validez sin depender de una autoridad, con las propias características de la tecnología blockchain.
El origen de todo esto es la red Ethereum. Es un proyecto creado por Vitalik Buterin, programador ruso, a finales de 2013. Es una plataforma de computación distribuida basada en una blockchain pública que permite ejecutar contratos inteligentes P2P.
¿Qué podemos hacer con smart contracts?
Los contratos inteligentes tienen aplicaciones dedicadas a:
- Banca con finanzas descentralizadas, eliminando por completo al intermediario o banco, de ahí la descentralización.
- Financiación de proyectos por medio de una ICO (Initial Coin Offering), un proceso por el que se distribuye una criptomoneda en una fase temprana de desarrollo de proyectos, dedicando los fondos a financiar el desarrollo.
- Registro y almacenamiento de datos, ya que cualquier evento del mundo real puede registrarse en estas bases de datos.
- Digitalización de títulos de propiedad, ya sean terrenos, viviendas, automóviles... habitualmente por medio de la tokenización.
- Creación de contratos de seguros, aprovechando esta tecnología para la trazabilidad de vehículos (accidentes, averías...) o el tratamiento de reclamaciones para la gestión con peritos, los pagos, los cobros, etc. Todo sin la necesidad de que haya una compañía de seguros por medio.
- Seguimientos de la cadena de suministro y certificación de autenticidad, aplicándolos en trazabilidad alimentaria para evitar falsificaciones y consultar si el producto es realmente el que se está vendiendo.
- Gobernanza y votaciones, pudiendo tener una identidad digital propia frente para poder realizar diferentes acciones que requieren una importante seguridad.
- Identidad digital, tokenizando nuestra propia identidad para poder interactuar con diferentes organizaciones, productos y servicios.
Dentro de esta aplicación de contratos inteligentes para la identidad digital, los principales usos pasan por la identificación en internet, la verificación de credenciales educativas y la identificación segura en un sistema de votación electrónico. Más allá de eso, las ventajas de la identidad digital son:
- Seguridad, ya que es un sistema descentralizado más seguro porque impide a los hackers acceder a la información privada.
- Impide la creación de monopolios de datos.
- Capacidad para controlar nuestra propia información, sin la intervención de terceros.
Retos y desafíos de los smart contracts
Los contratos inteligentes se enfrentan a 10 retos:
- Adopción: transformar un negocio a este nuevo paradigma no es algo inmediato.
- Aprendizaje: no todo el mundo comprende bien su funcionamiento. El mundo jurídico debe adaptarse.
- Regulación: la normativa debe adaptarse para dar encaje a este tipo de contratos.
- Complejidad: su uso y aplicación requiere conocimientos avanzados de informática.
- Estandarización: ¿cuál será el mejor sistema y el más usado?
- Competencia: ¿existirá otro sistema que supere a los smart contracts?
- Fiscalidad: ¿cómo pueden los gobiernos integrar la recaudación impositiva dentro de los smart contracts?
- Privacidad: ¿cómo garantizar el cumplimiento del RGPD en este entorno? Siguiente revolución: secret contracts.
- Riesgos operacionales: lentitud en la ejecución, elevadas comisiones.
- Expectativas realistas: hay mucho hype actualmente, pero... ¿llegaremos a ver verdaderos sistemas autónomos?
Autor: Alberto Muñoz Cabanes
Es profesor colaborador en el Departamento de Economía Aplicada y Estadística, coordinador del Grado en Turismo y vicedecano de Estudiantes en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. En dicha facultad imparte asignaturas de Estadística, Matemáticas y Teoría de Juegos.
Asimismo, Alberto creó en 2001 la web X-Trader.net, reconocida publicación online especializada en sistemas automáticos y plataformas de trading. También colabora habitualmente con diferentes medios relacionados con la economía y las finanzas como Intereconomía, elEconomista o FXStreet, y es uno de los ponentes habituales dentro de la competición de trading algorítmico Robotrader impulsada desde la ETSIT de la Universidad Politécnica de Madrid.
¿Cuál es tu reacción?