¿Por qué a muchos docentes no les convence la educación bilingüe?

En España, la implementación de programas de educación bilingüe ha generado cambios significativos en el sistema educativo

¿Por qué a muchos docentes no les convence la educación bilingüe?
Foto de Sam Balye en Unsplash

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Isabel Alonso Belmonte, Universidad Autónoma de Madrid; Lidia Mañoso-Pacheco, Universidad Autónoma de Madrid y María Fernández Agüero, Universidad Autónoma de Madrid

Hace ya dos décadas que se implantaron los primeros programas de educación bilingüe en España. Esto ha supuesto un cambio importante en el sistema educativo español, en el que históricamente el aprendizaje de idiomas ha sido un desafío.

Desde entonces, hemos sido testigos tanto de los beneficios del bilingüismo educativo como de los retos que presenta para los centros y las familias. Por ello, en un momento en el que el debate sobre la eficacia de estos programas en España está muy vivo, queremos exponer el punto de vista de los profesores.

El papel fundamental de los docentes

En estos 20 años, los docentes en ejercicio han ido forjando sus propias opiniones sobre los programas de enseñanza bilingüe, sobre su diseño y su funcionamiento. Su adaptación a los programas de educación bilingüe no ha sido fácil. Ha supuesto un gran esfuerzo y dedicación por su parte, lo que ha contribuido significativamente al éxito del programa en su conjunto.

Algunos estudios recientes aportan datos sobre qué piensan los docentes del bilingüismo educativo en España. Por ejemplo, en el grupo de investigación UAM-DAIC hemos realizado diferentes trabajos de investigación basados en entrevistas y grupos focales con 370 sujetos en la Comunidad de Madrid. Entre ellos hay profesores de secundaria en activo, maestros en formación y auxiliares de conversación nativos.

Los resultados muestran que, en general, los docentes con buen nivel de idiomas y adecuada formación en didáctica se sienten cómodos trabajando en estos programas. De hecho, la mayoría piensan que funcionan razonablemente bien.

Sin embargo, los profesores que tienen un nivel más bajo de inglés opinan que la enseñanza bilingüe empeora su experiencia docente. Es decir, su nivel de competencia lingüística condiciona su práctica docente diaria y esto, a su vez, determina su afinidad al programa y su implicación en él. Esto ocurre también en el caso de los maestros en formación: su nivel de inglés condiciona su opinión sobre el programa bilingüe. Parece, por tanto, imprescindible reforzar la formación en metodología AICLE en los programas de formación de profesorado, tanto en grado como en posgrado, así como la formación lingüística e intercultural, tanto de los futuros docentes como de los que están en activo.

Falta de consideración y apoyo

Algunos docentes nos dicen que perciben la educación bilingüe como un programa impuesto por las autoridades educativas. Esto es porque los profesores sienten que no se les toma en cuenta cuando se toman decisiones sobre política educativa. Otros creen que no se les brinda el apoyo necesario para poner en funcionamiento dichas políticas. Finalmente, hay algunos docentes que creen que tener un determinado nivel de inglés puede condicionar sus posibilidades de promoción laboral. Esto les hace sentir cierta desafección hacia la lengua vehicular y en general, hacia el bilingüismo educativo.

En este contexto, creemos que sería importante revisar los sistemas de promoción interna de los profesores en activo, tanto de los que trabajan en programas bilingües como los que no. El objetivo debería ser hacerlos igualmente atractivos.

Segregación del alumnado

Otra opinión frecuente entre los docentes es que los programas de educación bilingüe segregan al alumnado. Esta percepción encuentra refrendo en diferentes estudios que muestran que las familias en centros no bilingües tienen un nivel socioeconómico mucho más bajo que en centros bilingües.

En algunas comunidades autónomas como Madrid, los institutos separan a los estudiantes en dos grupos, según su nivel de inglés. Esta política, además de aumentar las barreras sociales entre estudiantes en función de su competencia lingüística, puede afectar a su identidad como aprendices.

Por eso, muchos docentes defienden que se debe fomentar que los centros agrupen a los estudiantes de distintas formas o junten a los dos grupos en la medida de lo posible. Su deseo es dar las mismas oportunidades a todos los estudiantes y favorecer su inclusión.

Arrinconar al español

Nuestros datos nos dicen que no todos los maestros en formación quieren ser profesores en programas de enseñanza bilingüe, incluso cuando tienen buen nivel de inglés. En algunos casos también ellos sienten el programa como ajeno a sus intereses docentes. Otros piensan que van a tener que simplificar contenidos si enseñan en inglés.

En definitiva, piensan que la docencia en una lengua vehicular afectará a su experiencia docente y esto les hace sentir cierto rechazo hacia el bilingüismo educativo. Creemos que este posicionamiento en parte puede deberse a la influencia del debate social que critica duramente el bilingüismo en los centros educativos públicos.

De hecho, algunos –pocos– futuros maestros cuestionan el peso que tiene el inglés en el currículo actual, arrinconando, según ellos, al español. En realidad, esta temida alienación lingüística y cultural, alentada en las redes sociales, no tiene respaldo científico. No obstante, parece tener un gran impacto entre los futuros docentes que hemos entrevistado.

Aprender inglés, no ser “bilingüe”

Finalmente, otro problema más son las expectativas que genera el uso del término “bilingüe” entre el público en general. Las familias esperan que sus hijos terminen hablando inglés como nativos. Cuando esto no pasa, culpan a los profesores. Esto pone a los docentes ante un reto imposible de cumplir, puesto que alcanzar el nivel de un hablante nativo no es el objetivo del bilingüismo educativo.

Las expectativas sobre el programa bilingüe generan frustración entre los docentes y les resta tiempo para promover un enfoque intercultural en los centros educativos, muy necesario puesto que la procedencia de los estudiantes es cada vez más variada.

Como se puede ver, los problemas que exponen los docentes son diversos. Parece imprescindible adoptar medidas que ayuden a mejorar el bienestar docente de nuestros profesores. Su papel en el éxito del bilingüismo educativo es demasiado importante como para ignorar sus opiniones.The Conversation

Isabel Alonso Belmonte, Lingüista y formadora de profesores, Universidad Autónoma de Madrid; Lidia Mañoso-Pacheco, Profesora Ayudante Doctora especializada en Didáctica del Inglés como Segunda Lengua, Universidad Autónoma de Madrid y María Fernández Agüero, Associate professor, Universidad Autónoma de Madrid

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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