La USAL e Iberdrola colaboran con Catar para mejorar la eficiencia energética en viviendas de todo el mundo
Una serie de tecnologías permiten integrar algoritmos inteligentes para modificar los patrones de consumo en empresas y viviendas y emitir recomendaciones de ahorro
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Investigadores del Grupo de Investigación BISITE de la Universidad de Salamanca junto a Iberdrola, la Hamad Bin Khalifa University de Doha (Catar) y la empresa catarí de suministro de electricidad y agua Kahramaa, están trabajando de forma conjunta en el proyecto AI-BEMS.
¿En qué consiste?
El objetivo principal es crear una plataforma inteligente que permita optimizar el consumo de energía en edificios y viviendas a través de diversas tecnologías, contribuyendo así al ahorro económico y energético. En concreto, la colaboración llega de la mano de Iberdrola Innovation Middle East, el hub de I+D+i inaugurado por Ignacio Galán en Doha en 2018. Junto a esta sección de la empresa española trabajan miembros de la universidad catarí y del Grupo de Investigación BISITE de la Universidad de Salamanca.
Preocupados y motivados por el exponencial aumento del consumo de energía y de las emisiones de CO2 a lo largo del mundo, los miembros de AI-BEMS plantean utilizar tecnologías como la inteligencia artificial explicable, internet de las cosas, machine learning y deep learning para recopilar datos de energía consumida en empresas y hogares y, a partir de ellos, recomendar medidas de eficiencia energética reconduciendo la conducta. Tal y como explican los propios investigadores, se tendrían en cuenta las preferencias de los usuarios y el feedback de clientes para influir en esas recomendaciones y maximizar el confort.
Miembros del proyecto AI-BEMS durante una reunión celebrada en octubre de 2022
AI-BEMS: origen y expectativas
El nombre del proyecto hace referencia a las palabras adaptable e inteligente (AI) y la abreviatura BEMS (Building Energy Management System), un sistema de gestión energética de edificios que permite controlar elementos y equipos eléctricos como termostatos, calderas o sistemas de iluminación. De esta forma, utilizando el sistema en edificios, los usuarios y ocupantes de los hogares podrán en el futuro gestionar de forma consciente y total los recursos energéticos empleados en cada tecnología o elemento eléctrico utilizado en su propia casa o lugar de trabajo, contribuyendo así de forma cómoda a mejorar la eficiencia energética a nivel mundial.
El proyecto está planteado con una duración de tres años y, en su contexto, se realizarán dos pruebas piloto en un entorno real que permita comprobar los avances. Según declaran sus miembros, el trabajo tendrá un impacto significativo en el futuro de la gestión energética gracias al gran ahorro de energía que supondrá: "Es urgente poner fin al despilfarro de recursos y un camino para llegar a ello es mejorar la eficiencia de los sistemas tradicionales ya existentes. Este proyecto logrará generar un ahorro significativo en el consumo de energía eléctrica en hogares, lo que beneficiará tanto al planeta —ayudando a combatir el cambio climático— como a los consumidores, que podrán ahorrar dinero", señala uno de los investigadores de la USAL.
Los investigadores del proyecto realizan pruebas de la plataforma inteligente
El IoT o internet de las cosas hace referencia a una serie de dispositivos u objetos presentes en los hogares que cuentan con conexión a internet y un cierto nivel de inteligencia. Ejemplos de ello son algunos tan asentados a día de hoy en las viviendas como los sistemas de vigilancia mediante aplicaciones móviles, relojes inteligentes, robots aspiradores para limpieza o neveras que pueden conectarse a asistentes virtuales como Alexa. El enorme crecimiento del número de estos dispositivos, las deficiencias de seguridad y el ancho de banda de la red están suponiendo un cuello de botella que dificulta el rendimiento de sistemas ya existentes basados en IoT para el desarrollo de edificios y viviendas. De hecho, ya existen las soluciones BEMS mencionadas anteriormente, que son sistemas de gestión energética de edificios que permiten controlar elementos y equipos eléctricos, el problema es que suelen ofrecer servicios basados en la nube que se adaptan a los patrones de consumo, pero que los usuarios no suelen seguir. Además, hasta el momento, estos sistemas suponen riesgos como la posibilidad de ciberataques y un ancho de banda de transmisión de datos demasiado exigente.
Fase actual
A día de hoy, los investigadores, más allá de la idea, han avanzado en las especificaciones de diseño de la plataforma y en otros diseños que se integrarán de forma progresiva. El proyecto se ha presentado a través de papers académicos y cuenta con página web, además de otras actividades de difusión y una futura app de control. Actualmente, continúan centrando sus esfuerzos en la arquitectura edge computing, así como en recopilar, diseñar y adquirir los datos y dispositivos necesarios para llevar a cabo las dos pruebas piloto. La idea es definir una estrategia para que, tras la validación del sistema y de las pruebas, la plataforma se pueda introducir en el mercado y utilizar a gran escala en todo el mundo, independientemente de la duración del proyecto.
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